Muchas personas piensan que, si vas al psicólogo es porque te falta un tornillo. Pero, ¡nada más lejos de la realidad!. Una vez de que has dado el paso más importante, que es “decidirte a ir”, debes elegir, de entre todos los profesionales que hay, el que mejor pueda ayudarte a dar ese cambio en tu vida.

La decisión de hacer una mejora en la propia vida es muy importante. Y si se va a a hacer con la ayuda de un/a psicólogo/a, la elección del profesional es fundamental. Como es lógico, buscas a alguien de fiar, que esté cualificado/a y que tenga la experiencia para manejar cualquier situación que pueda surgir. Y no hace falta que sea para ti: tal vez conozcas a alguien que lo necesita y le quieres ayudar a hacer una buena elección. Ten en cuenta que ya has dado el paso más difícil: decidirte.

En nuestra sociedad todavía hay demasiadas personas que piensan que para ir al Psicólogo hay que estar loco. Eso no es cierto en absoluto. La mayor parte de los problemas suelen ser porque las personas no conocen la forma más eficaz de hacer las cosas.

Pero volviendo al tema de la elección, a continuación vamos a ver una serie de pautas que pueden serte de utilidad, tanto antes como durante las sesiones. Si las sigues, seguro que encuentras el profesional que necesitas:

  • Antes de nada, debes tener claro que estás contratando los servicios de un profesional, y por lo tanto, debe tener la titulación correspondiente. Tienes perfecto derecho a pedirle que te diga dónde estudió y en qué promoción.
  • Por desgracia, ésta es una profesión con mucho intrusismo. Hay personas sin preparación que perjudican más de lo que ayudan. No te fíes de títulos que niegan claramente que esa persona está licenciada en Psicología. Está en juego nada menos que tu salud mental.
  • Dentro de la psicología hay diferentes estilos y orientaciones. Te conviene informarte de cuál es el del terapeuta que vas a elegir. Se lo puedes preguntar directamente sin ningún tipo de compromiso.
  • Debes informarte sobre la especialidad del profesional, ya que no hay nadie que solucione todo tipo de problemas. No es lo mismo una terapia familiar que un trabajo sobre la ansiedad, por ejemplo.
  • Una buena referencia es preguntar a personas que sepas que les ha ido bien durante la terapia. Te podrán contar detalles y sensaciones. Pero ten en cuenta que también es posible que no quieran hablar de ello, porque hay personas que todavía piensan que el haber ido al Psicólogo es algo que hay que ocultar.
  • Tienes derecho a conocer las tarifas con antelación, para que no haya sorpresas desagradables, y puedes exigir factura si lo deseas.
  • Todo psicólogo se rige por un código de conducta profesional, por el que el contenido de las sesiones debe ser totalmente confidencial. Te interesa echar un vistazo al código de conducta y saber lo que son las buenas prácticas. Te sentirás mucho más seguro/a.
  • Aunque la relación es profesional, la naturaleza de los temas que se trabajan hace que sea muy recomendable que sea una persona que nos inspire confianza, con la que “conectemos” bien. Y eso depende, ni más ni menos, que de la capacidad de empatía que muestra quien hace las sesiones.
  • No hay ningún motivo que justifique una falta de respeto durante las sesiones. La cortesía desde el primer minuto es algo que puedes exigir. Y también es algo que debes mostrar.
  • Tienes derecho a interrumpir la terapia cuando lo consideres oportuno, de la misma manera que el profesional puede derivarte a otro colega. Piensa que es un contrato de mutuo acuerdo.
  • Tienes perfecto derecho a preguntarle por su experiencia, por el tiempo que lleva en la profesión y por su forma de trabajar. Un/a profesional competente no tiene nada que ocultar.
  • Si necesitas un diagnóstico, deberá hacerse por escrito, tras las pruebas de evaluación pertinentes, en un informe firmado en el que figure el número de colegiado. No todos los profesionales se dedican a realizar diagnósticos.
  • La consulta es un espacio de libertad, donde puedes contar lo que consideres oportuno, sabiendo que esa información no trascenderá. El mantener el contenido de las terapias en secreto es una de las máximas de la profesión. La única excepción es cuando se habla de actividades delictivas: Un juez puede citar a un/a Psicólogo/a para solicitar información que tenga que ver con un delito.
  • Por último, conviene tener claro que el psicólogo puede asesorar, acompañar y ayudar, pero el cambio real lo ha de realizar la propia persona. Es importante que tengas claro que vas a ser tú quien mejore tu vida. Con las indicaciones adecuadas, eso sí.

Si estás apostando por el cambio a una vida mejor, sólo me queda felicitarte por tu valor y desearte un viaje lleno de descubrimientos y alegrías. Recuerda, el proceso Psicológico suele ser un proceso lleno de crecimiento y mejoras.

Saludos.