“El anillo del miedo” es algo que ya conoces, pero a lo que todavía no has puesto nombre.
Como en tantas ocasiones, fue mi admirado C.G.Jung quien acuñó el término, que a partir de ahora se va a volver habitual en tu vida. Estoy convencido.
La mejor manera de que comprendas de lo que hablamos es que respondas con un SÍ o un NO a las siguientes afirmaciones:
- A menudo quiero hablar y decir cosas, pero no me salen las palabras.
- Se me acumulan las tensiones en cuello y hombros.
- A veces noto como que tengo un cuerpo extraño en la garganta y a veces tengo que carraspear para poder hablar.
- La voz me suele salir o demasiado aguda o demasiado turbia para mi gusto.
- Es frecuente que no pueda tomar aire con el pecho. Parece como si lo tuviera bloqueado.
Si respondes que SÍ a dos o más de estas afirmaciones, vete pensando en que para ti es importante el tema del “Anillo del miedo”, que viene a ser una tensión crónica en el cuello y las partes del cuerpo cercanas.
La tensión es de tipo emocional y tiene mucho que ver con nuestra historia personal.
Aunque hay personas que piensan que las emociones no afectan al cuerpo, las investigaciones científicas dicen justo lo contrario.
La influencia de lo que sentimos, lo que pensamos y nuestro ambiente emocional en nuestro propio cuerpo es tan potente, que nos afecta a todos los niveles: muscular, hormonal, circulatorio, nervioso,…
Por eso, hay que tener en cuenta si a lo largo de tu historia has tenido alguna de las siguientes experiencias:
- Querías hablar y decir tu opinión y no te dejaban hacerlo.
- Has vivido experiencias de gran intensidad emocional, como el miedo o la rabia.
- Debido a tu entorno y tu familia has vivido mucho tiempo en una situación de estrés o ansiedad.
- Has sufrido algún tipo de experiencia traumática.
Esto puede haber originado una tensión continuada en diversas partes del cuerpo.
“El anillo del miedo” se da, concretamente, en las zonas cercanas al cuello, y tiene mucho que ver con nuestras capacidades para relacionarnos, expresarnos o estar en sociedad.
A menudo puede provocar sensación de angustia y ansiedad social, ya que al relacionarnos con los demás notamos que hay algo “que no funciona”.
Se tiene (y se transmite) una sensación de angustia y ansiedad que de alguna manera se ha quedado ahí anclada desde las épocas más antiguas.
Wilhelm Reich, otra de las grandes figuras de la psicología inicial, llamaba a todas éstas tensiones “La coraza del carácter”.
Decía que la íbamos formando para defendernos de las agresiones del exterior y que si no hacíamos algo con ella, se quedaría ahí incluso cuando nuestra vida cambiara, impidiéndonos ser felices y disfrutar de la vida.
Y hasta aquí las malas noticias.
Afortunadamente, hoy en día existen muchos recursos que puedes utilizar si deseas liberarte de ésta carga.
Desde la Psicología, hay terapias que integran trabajo corporal y psicoterapia, como las terapias Psicosomáticas.
Hay terapias corporales, como la Eutonía, diferentes tipos de masaje y técnicas de relajación y respiración (como los métodos de Schultz y Jacobson) que servirán para poner en funcionamiento el cuerpo de forma óptima.
Si lo que deseas es un método tradicional, integral, completo y ya probado, en mi opinión, no hay nada que supere al Yoga.
Lo que te quiero transmitir con éste artículo es que si sientes alguna de las sensaciones típicas del “Anillo del miedo”, no debes resignarte, ni asumir que es algo para toda la vida.
Y si alguna persona de tu círculo está pasando por ésta situación, no dudes en compartir con ella ésta información. Es muy posible que le cambies la vida.
No, las huellas del pasado no son definitivas. Se pueden ir cambiando, incluso en nuestro propio cuerpo.
Te invito a que me hagas llegar tu opinión o la compartas con los demás lectores/as.
Saludos.
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