Una vez me preguntaron qué es lo más importante que una persona puede aprender en la vida adulta.
Este tema, como tantos otros es cuestión de opiniones.
Algunos dicen que es el aprender a conducir, otros que el sexo o el aprender a gestionar el dinero.
Por mi parte, yo no tengo ninguna duda.
Lo más importante que puedes aprender es A RESPIRAR.
No, no me he vuelto loco.
Ya sé que no estamos en un blog de yoga ni de meditación.
Nuestro tema es el Desarrollo Profesional.
Y si me concedes un par de minutos, te lo razono:
¿Nunca has sentido que tenías que hacer una tarea y no tenías ánimos?
¿O nunca te has puesto de los nervios por algo que no lo merece?
Tal vez notes que a la hora de realizar tus tareas te invade el desánimo o el agobio y se te cae el mundo encima.
Precisamente para este tipo de situaciones necesitas aprender a respirar.
Durante milenios se ha utilizado la respiración como la solución a muchos problemas.
Hoy en día, la ciencia no para de demostrar todos los efectos benéficos que una respiración adecuada nos puede aportar:
- Sirve para deshacer tensiones corporales.
- Favorece la concentración y la memoria.
- Es la técnica más importante para afrontar situaciones de ansiedad.
- Sirve para activar el metabolismo cuando estamos en horas bajas.
- Nos da una enorme resistencia frente al esfuerzo.
- Sirve para que podamos expresarnos con claridad y de forma efectiva.
- Nos da energía fisiológica en situaciones de depresión.
- Mejora nuestro tono muscular, haciendo que nos sintamos mejor y con más atractivo….
Como ves, aprender a respirar es una habilidad fundamental si quieres mejorar en tu carrera profesional.
Y antes de que digas nada, te adelanto que aprender no es difícil, ni trabajoso, ni tienes por qué pasarlo mal.
En realidad, como todo lo que merece la pena, se trata de tener claros unos sencillos pasos e irlos repitiendo siempre que se pueda, sin forzarse y siguiendo el propio ritmo.
Aunque en este artículo no hay espacio para ver la metodología completa, te voy a dar tres pautas que te pueden ser de interés para iniciarte en el tema.
Vamos allá:
- Para empezar, un ejercicio que puedes hacer es ser consciente de tu respiración e intentar que nunca esté bloqueada. Siempre inspirando o espiando, nunca quieta. Y si en alguna situación se bloquea… no pasa nada. Porque se ha demostrado que casi todas las situaciones de angustia están relacionadas con un bloqueo de la respiración.
- Intenta no forzar la respiración sin necesidad, porque si inhalas de más o exhalas de más, vas creando tensiones musculares en diferentes zonas del cuerpo, entre ellas, los hombros y la garganta.
- Por último, cuando sientas angustia, preocúpate de soltar el aire, vaciar y…relajar el cuerpo del todo. Así notarás que, después de vaciar el aire, al relajarte, el cuerpo respira de forma automática. Y verás que si lo haces tres o cuatro veces, recuperas tu ritmo de respiración.
Como ves, no son técnicas difíciles.
Pero son muy, muy efectivas.
Y sobre todo, si quieres una mayor efectividad, …no te obsesiones.
Porque tu ritmo siempre es el mejor para ti.
Y no te preocupes, porque más adelante segiremos profundizando en el tema.
Saludos.
Deja tu comentario