El mundo del emprendimiento está muy en boga hoy en día. Todos hablan de ello. Pero, muy pocos hablan de la soledad del emprendedor/a. El emprendimiento es un camino lleno de soledades…..aunque, se pueden superar.

Decía Antonio Machado “Qué difícil es cuando todo baja, no bajar también”. Y eso vale para todo y para todos.

En estos tiempos que vivimos hablamos de héroes, de personas que se sacrifican para que todo funcione. Pero se nos olvida mencionar a las personas que hacen que todo siga funcionando, las que componen el tejido empresarial.

Sí, porque sin empresas ni emprendedores, la sociedad tal y como la conocemos dejaría de existir. Y aunque por suerte sigue habiendo personas que se atreven a emprender, la verdad es que la sociedad no se lo pone nada fácil: el hecho de comenzar con un nuevo proyecto es toda una carrera de obstáculos.

Pero hoy no vamos a hablar de los obstáculos sociales a la hora de emprender, sino de los personales. Y concretamente, de lo que se conoce como la “soledad del emprendedor”.

Porque cuando una persona se decide a emprender, sobre todo en tiempos como los actuales, tiene que enfrentarse a un muro de incomprensión y a una serie de dificultades personales. Entre ellas, podemos encontrar la inversión de tiempo, esfuerzo, dinero y, si no se tiene cuidado, salud. Todo ello por perseguir un proyecto (no, no utilicemos la palabra “sueño”) cuyos objetivos se ven a lo lejos.

Todo esto hace que se cree un aumento de tensión en entornos familiares y de amistad. Por no hablar de las veces en las que el emprendedor (o la emprendedora) verá flaquear el ánimo, tendrá ganas de rendirse, se sentirá ridículo o tendrá la sensación, directamente, de estar haciendo el idiota.

Toda persona que ha emprendido y es sincera, contará que ha atravesado periodos de crisis y soledad. Y es lo normal, porque a fin de cuentas, somos humanos.

Pero todo esto también tiene una parte buena, que es el que muchas de estas personas que han atravesado estos periodos de crisis, nos han dejado sus consejos para superarlos de la mejor manera posible.

Así que, sin más, veamos un listado de las recomendaciones para superar la soledad del emprendedor.

  • En primer lugar, asume que va a haber días malos en los que la voluntad flaquea. Debes asumir que esos días llegarán y deberás a prender a identificarlos, para tomártelo con paciencia.
  • Mantén tus objetivos claros y a la vista todo el tiempo, porque serán como un faro que te guíe cuando tengas demasiada información o las cosas se compliquen. Y también cuando surja el miedo de no conseguirlo.
  • Presta atención a estabilizar y fortalecer tus relaciones familiares y tus amistades, porque durante el periodo de emprendizaje se verán sometidas a mayor tensión de lo habitual.
  • No te dejes influir por el ambiente general de pesimismo, de miedo y de crisis. Recuerda que las emociones son tremendamente contagiosas y no siempre se corresponden con la realidad.
  • Asume que habrá un buen montón de personas que querrán hacer de “abogado del diablo” y te desaconsejarán tomar cualquier iniciativa. Lo cierto es que la mayoría de estas personas nunca se ha aventurado a emprender.
  • Recuerda que nadie entenderá del todo lo que tienes en mente ni lo que te impulsa, lo que te producirá una gran sensación de soledad. Aunque en realidad, no es necesario que lo entiendan todo. Basta con que alguien significativo te apoye.
  • Recuerda que todo lleva su tiempo, y que si el éxito fuera inmediato y arrollador, todo el mundo haría las mismas cosas.
  • Mantén siempre viva una fuente de disfrute, una afición, algo que te guste hacer. Si no encuentras algo que te permita relajarte y disfrutar, aunque sea un rato al día, verás que el trabajo te terminará absorbiendo. Y no, el disfrutar no es una pérdida de tiempo.
  • Habrá momentos en que la suerte parece no estar de tu lado. Es bueno saberlo y asumirlo. Pero lo contrario también: habrá cosas que salen bien y golpes de suerte. De todas formas, lo mejor es necesitar lo menos posible de la suerte.
  • Recuerda que la inseguridad que a veces sientes, psicológicamente hablando, no es algo malo. De hecho, el ser una persona segura en exceso hace que pierdas información y oportunidades. La seguridad te la dará el ir consiguiendo éxitos, poco a poco.
  • Recuerda que el mundo de las relaciones es importante, y te puede resultar muy positivo el relacionarte con personas que también estén emprendiendo. El crear sinergias y redes de contactos siempre es positivo.
  • Te conviene el ir aprendiendo los principios de la resiliencia, ya que a menudo, la diferencia entre el éxito y el fracaso está en saber cómo resistir y perseverar de forma positiva.
  • Es fundamental el aprender a controlar la ansiedad, que tiende a acumularse en épocas de emprendimiento. Es muy interesante el que aprendas algún método para controlar el estrés. Si aprendes algún método eficaz, solo te ocupará unos pocos minutos al día.
  • Por último, sé consciente de todas las experiencias positivas e interesantes que te aporta el estar emprendiendo. A menudo son experiencias únicas y muy agradables de descubrimiento y puesta en marcha que te pueden enriquecer como persona.

Y antes de terminar, quisiera felicitarte por embarcarte en una aventura tan apasionante como necesaria. Digan lo que digan, el emprender un nuevo proyecto es para valientes. Por eso, todos los éxitos que obtengas, te los tendrás bien merecidos.