Es posible que esté viviendo una época complicada en tu vida. Y no es extraño, porque aparte de cuáles sean tus problemas personales, estamos viviendo tiempos difíciles, tiempos “recios”, como dirían nuestros antepasados.
Pero hay una forma de superar todas estas situaciones de una manera especial, de una manera en la que sales de una mala época mucho más fuerte de lo que eras al principio. A esta forma de hacer las cosas se le llama Resiliencia.
Gracias a los esfuerzos de cientos de investigadores y como resultado de miles y miles de estudios, se ha dado con el mejor método para aprenderla.
Porque sí, si lo deseas, puedes aprender Resiliencia. Pero este artículo no es para eso. Es para recordarte una serie de hechos que te conviene recordar cada vez que creas que estás tocando fondo.
Y esos hechos son los siguientes:
- La humanidad ha atravesado epidemias (muchísimo más peligrosas que la actual), guerras, hambrunas, cambios climáticos, crisis políticas… Y no solo eso, por el camino ha ido creando belleza, cultura y todo lo que hace que la sociedad merezca la pena. No sólo se ha sobrevivido: al final, el ser humano siempre sale fortalecido.
- Todavía no conoces tu capacidad de resistencia y superación, porque no has llegado realmente al límite. Y te puedo asegurar, por mi experiencia con cientos de personas, que eres muchísimo más fuerte de lo que puedas llegar a imaginar.
- Olvídate de las ideas que tienes acerca de ti mismo/a: eso no son más que programas que la sociedad y las personas que te rodean han ido introduciendo en tu interior. Y aunque sea doloroso el aceptarlo, casi todos van dirigidos a debilitarte y hacerte más manejable.
- Hay varias cosas que tienes que vigilar y a ser posible, desterrar: el miedo, la sensación permanente de culpa y, sobre todo, la idea de que no puedes hacer nada respecto a lo que te está sucediendo.
- Si en algún momento de tu vida ha sido necesario que cuides las relaciones personales y sociales, es ahora. No puedes permitirte el lujo de tener personas tóxicas cerca, personas que te drenen tu determinación, tu vitalidad y tu energía.
- Asume que has cometido errores y que te has equivocado. A fin de cuentas, eres un ser humano. Pero asume también que no es el momento de andar lamentándote por ello. Ahora es el momento de mirar por el futuro y buscar soluciones y mejoras.
- Ahora, tu prioridad es ponerte fuerte. Sí, como lo oyes: mientras todo está diseñado para convertirte en una persona temerosa, tú debes esforzarte cada día en ser una persona más fuerte en todos los aspectos: mental, emocional y social.
- Desconfía de todas las personas que te propongan soluciones fáciles e instantáneas a tus problemas. Esas soluciones no existen y además, no es una forma adulta de encarar la vida. Únicamente sirven para que esas personas llenen su cuenta corriente.
- Recuerda que lo que de verdad define a las personas es lo que hacen, no lo que piensan o sienten, así que empieza a dar pasos hacia una vida mejor, con determinación y constancia.
- Te intentarán convencer de que lo más importante es el entusiasmo, una actitud totalmente positiva y optimista, pero el entusiasmo se acaba pronto. De hecho, a menudo he tenido en consulta a personas a las que se les ha acabado el entusiasmo y no saben qué hacer. Es mucho mejor una actitud firme, decidida y más discreta.
- Las grandes zancadas no te van a servir de nada. La forma realista de superar cualquier situación es dar pasos pequeños, controlables, sabiendo de dónde vienes y a dónde vas.
- Por último, te recordaré que habrá momentos en los que te vas a equivocar, en los que no vas a conseguir lo que querías o en los que piensas que no te van a llegar las fuerzas. No te preocupes, porque todo eso que piensas y sientes sólo es un momento de debilidad. Asúmelo y déjalo pasar. Es parte del proceso.
Espero de corazón que todo esto que te acabo de contar te sirva de ayuda, a ti y a los tuyos. Recuerda que todo gran camino empieza con un paso. Y en tu caso, ese gran paso es tu firme decisión de mejorar y no permitir que esta situación que estás viviendo pueda contigo.
¡Ánimo y coraje!
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