Agárrate bien, porque hoy nos vamos a sumergir en aguas profundas.
Hoy vamos a conocer algo tan fundamental que, si aprendemos a utilizarlo, puede cambiar nuestra vida para siempre.
Y a éstas alturas ya sabes que nunca escribo nada porque sí.
Es muy posible que ciertas ideas que dabas por supuestas se pongan del revés.
El título tan curioso de éste artículo se lo debo a una frase de F. Nietzsche, el autor de las grandes intuiciones, los grandes conceptos y a veces, de los grandes errores.
La frase dice, parafraseando: “Vaya donde vaya el hombre, le sigue un perro llamado EGO”.
Imagino que más de una vez habrás leído ésta palabra (EGO), sobre todo si eres una persona embarcada en tu proceso de desarrollo personal.
Hay varias interpretaciones según las escuelas, desde el psicoanálisis de Freud hasta el Budismo Clásico, pero, como ya sabes, ésta página no está dirigida a los enfoques teóricos.
Vamos a hablar del EGO desde el plano más práctico posible, el que te puede servir para conseguir resultados prácticos.
Vamos allá:
Imagino que, si eres como la mayoría de las personas, al oír la palabra EGO harás una asociación negativa.
Tal vez pienses que es algo malo, indeseable, pecaminoso.
O tal vez creas que es algo característico de las personas orgullosas.
Pues bien, no es cierto.
Por supuesto que hay personas soberbias con un EGO desmedido, con una imagen de sí mismas desproporcionada.
Y también personas extremadamente vanidosas: el mundo está repleto de ellas.
Apuesto a que conoces más de una.
Pero generalmente, éste tipo de personas están ocultando algún tipo de carencia e intentan compensarla.
El EGO es algo necesario para nuestra vida en sociedad y condiciona todos y cada uno de los aspectos de nuestras relaciones con los demás.
Sin EGO te resultará imposible el vivir en éste mundo.
De hecho la mayoría de las personas se identifican con él. Y no hay forma más segura de ganarse el odio de alguien que atacar su EGO.
Sí, ya sé que los grandes santos e iluminados dicen que hay que eliminarlo y hacerlo desaparecer, pero se nos olvida que no somos ni santos ni iluminados, sino personas que viven día a día en éste mundo llevando una vida más o menos normal.
Pero creo que ya va llegando el momento de que veamos una definición:
“El ego es la imagen que tenemos de nosotros/as mismos/as, de nuestras capacidades, forma de ser y de actuar”.
Por lo tanto, es una imagen que viene condicionada por el pasado, aunque a menudo no se ajuste a la realidad.
Si leíste el artículo “De qué soy capaz”, o escuchaste el audio “Los falsos límites”, ya sabrás que los auténticos límites en la vida te los impones tú de forma inconsciente.
Es una especie de autosugestión en la que actúas en función de tus creencias.
¿Nunca te ha pasado que te has puesto a hacer algo que pensabas que no eras capaz de hacer o que no te merecías y has fracasado?: Ahí tienes el EGO en acción.
A lo largo de la vida nos han hecho creer que somos de una u otra manera y en función de ello nos relacionamos, trabajamos, creamos y vivimos.
Hay personas afortunadas que desde siempre se han visto totalmente apoyadas y que tienen una seguridad a prueba de bomba.
Pero la mayor parte de las veces no es así.
Y éste es un segundo concepto que tienes que tener claro:
El EGO puede ser soberbio, pero también puede ser mezquino y tirarte de toda tu vida hacia abajo.
No solo las personas orgullosas tienen EGO.
Si crees que eres una persona inadecuada, inferior, inaguantable o desastrosa, ese es tu EGO. Y condicionará todo lo que hagas en tu vida.
La verdad, pura y dura, es que nadie conoce sus verdaderos límites ni es consciente de hasta dónde puede llegar.
Dicho de otra forma: El EGO siempre es falso, pero por otra parte lo necesitas para poder manejarte en sociedad.
¿La solución?
El primer paso es identificar cómo te ves a ti mismo/a y darte cuenta que ésta imagen es algo aprendido y que, por lo tanto, puedes desaprender.
El segundo paso es descubrir que tú, como persona, eres algo mucho más completo, vivo y con más posibilidades de lo que creías.
Y por último, tienes que darte cuenta de que no debes dejar que el EGO te controle a ti.
Tú tienes que controlarlo, comprenderlo, saber que es algo vivo que puede ser modificado y transformado.
Y sobre todo, debes ser consciente de que debes hacerlo en tu beneficio, para que tu vida y la de quienes te rodean sea cada vez mejor.
Por eso, no hagas caso cuando los demás te digan “no puedes” o “no eres capaz”.
Recuerda que hay personas que intentarán que seas la versión más pequeña de ti mismo/a en su propio beneficio.
Es cierto que nadie es capaz de todo, pero nuestra función es ir redefiniendo nuestros límites e ir ampliando cada vez más nuestras fronteras.
Te invito a que comiences a ver tu vida de otra forma y a que plantees y pongas en duda tus limitaciones.
Te aseguro que te sorprenderás.
Espero tus opiniones y comentarios.
Un saludo.
Gracias Ibon, viene bien que te recuerden este tipo de cosas 🙂